¡Qué alas y qué cielos busca Mialma!
Para acunar entre sus brazos la esperanza,
para lanzarse toda al alba
a buscar el sino que es promesa
y de sí partir hacia la nada
donde cada astro inicia su carrera.
Revienta el astro y se transforma
en carne, en materia y en tibieza,
en grito alucinado que es colapso.
(¿Cómo llamas a esa muerte?)
Luminiscencia,
carne que es sólo materia
masa moldeable de un todo inmarcesible
que se sueña tiempo y que es designio.
Y en su soñar de instante eternizado,
convierte en pura mi añoranza,
troca en real lo que no era
y me fecunda a mí de despertares.