Cuando cumplí 30, mi organismo entero cambió. Algo se desconfiguró. Hasta antes, yo solía ser del tipo de persona a la que le daba lo mismo si se comía una ensalada que una hamburguesa -literal lo mismo-. Solía pensar que con salir a correr al otro día bastaba y sobraba para poder comer todo lo que se me pusiera enfrente. No sabía nada sobre alimentación ni me importaba. Es más: me enorgullecía de comer cualquier cosa «sin engordar» y me burlaba de las mujeres que se la vivían comiendo ensalada pensando que eran flojas. Estaba muy, muy equivocada.
Mi marido es como un pajarito que come lentísimo, bocadito a bocadito. Cuando empezamos a salir, subí irremediablmente de peso. Entre el amor y hacer tiempo -comiendo- para que él terminara, llegó el momento en que me vi al espejo y me dio horror lo que vi. Por más ejercicio que hacía no funcionaba nada, mi rutina era la misma pero mi ingesta calórica y mi organismo ya no.
Tuve que aceptar que quizá necesitaba hacer dieta, así que eso que dije que nunca haría, terminó por hacerse cierto. Lo primero que hice fue visitar a un nutriólogo, me dio una dieta que me costó tanto trabajo y me dio tanta flojera seguir que desistí, pero algo en mi interior me decía que tenía que seguir, que algo bueno debería encontrar para mí. Así, opté por buscar información y aprendí que no hay dieta mágica, la base de conservar la salud y estar en forma está en el conocimiento: saber qué cosa nos estamos llevando a la boca.
Después de eso no necesité hacer dieta nunca más, conociendo qué tipo de comida era mejor para mí que otra, ni siquiera tuve que hacer sacrificios, descubrí que simplemente se trata de hacer mejores elecciones, optar por lo más adecuado. Mi health coach de cabecera y mi blog favorito en ese sentido es el de Regina Marco, me encantan sus recetas, el diseño de su página, la comunicación amistosa y eficaz que tiene: ¡todo!
Y he de confesar que seguir un estilo de vida sano no es tan barato como uno quisiera, pero vale la pena, es una inversión que redunda en bienestar, en felicidad y en belleza. Mis tiendas favoritas para comprar «healthies» son Good Expres y Juice By Hand, aunque cada vez hay más opciones en los supermercados comunes y no taaan comunes, especialmente los precios de Costco y de Chedraui Selecto son los más competitivos, a mi modo de ver, cuando uno quiere comprar los famosos «superfoods». Eso sí: si de ahorrar y comprar por volumen se trata, no hay como la Central de Abastos, aunque definitivamente es complicado visitarla con frecuencia.
Pero hablando de costo beneficio, para mí hay una clave: hecho en casa, si uno busca ahorrar y vivir sano, lo mejor es meterse a la cocina, ir al jardín y usar todos los recursos a nuestro alcance para volvernos lo más autosustentables posible. Lo mejor es lo que uno hace de la manera más simple posible.
Y, además de la alimentación sana, basada en comida que le haga bien a mi cuerpo y compras inteligentes, descubrí el HIIT y me cambió la vida. La primera vez que di con esto fue gracias a Elena Malova, en un video de Youtube. Nunca he sido fan de los gimnasios, francamente no son para mí porque no tengo la disciplina ni el tiempo para acudir a uno, así que ejercitarme en casa o por mi cuenta siempre ha sido mi mejor opción.
Si quieren saber qué es el HIIT, es sencillo: ejercicios con intervalos. La base es: elevar la frecuencia cardiaca de manera progresiva y no sostenida (el ejercicio sostenido no genera ningún cambio a la larga), es ejercicio cardiovascular combinado con fuerza y resistencia. ¡Y lo mejor! Funciona aún con sesiones cortas, lo que lo hace una opción fabulosa para cualquiera. Si quieren saber más, sigan a Body Rock Tv, que para mí, tiene de los mejores entrenamientos y contenidos que he visto.
Todavía tengo muchísimas cosas por hacer, pero francamente me encuentro en un momento de mi vida en el que me siento en mi mejor momento, en que cada vez me gusta más como me veo frente al espejo, así que creo que ese es mi nuevo estilo de vida.
Y tengo que hacer una confesión: la primera cosa en la que debo trabajar urgentemente es en dejar el cigarro: el estilo de vida sano y el ejercicio no se llevan para nada con algo así, eso no es ser sano, de más está hablar de lo nocivo que puede ser. Mis gripas recurrentes son la prueba de ello.
Como no quiero que esta entrada termine siendo larguísima, voy a dejar algunas cosas para después. Lo único que puedo decir es esta foto que me hizo increíblemente feliz. Y sí, no soy fan de mostrar mi cuerpo, pero esto lo amerita :).
Querida Carolina, muchas gracias por compartir, por favor indica me si tienes que comprar los entrenamientos de Body Rock Tv, y cómo sé qué equipo adquirir para iniciar, te mando muchos besos querida
Hola, hermosa. Perdón. Hasta ahora vi este comment. No estoy muy acostumbrada a eso, sorry. No tienes que comprarlos, hay varias listas que te permiten hacerlo de manera gratuita y si te inscribes también te mandan entrenamientos. Yo he ido comprando el equipo lentamente. Lo básico son mancuernas, una mochila vieja para cargarle peso y una cuerda para saltar. Todo lo demás lo puedes ir sustituyendo con cosas que tengas por aquí y por allá, nomás es cosa de ponerle creatividad. Avísame cómo te va si empiezas con eso