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Fuente: cuenta oficial de Facebook, EPN.

A raíz del discurso de Obama, en respuesta a la concepción de la palabra populismo que dio Enrique Peña Nieto en la Cumbre de Líderes de América del Norte, el tema está en la mesa. Me descubrí con ganas de hablar al respecto al compartir la noticia, pero como no me dio el cerebro para escribir un comentario sucinto, acá estoy.

¿Qué es el famoso populismo y por qué está tan satanizado? Justamente indagar en ello fue lo que se pretendió durante el encuentro de Justin Trudeau, Barack Obama y Enrique Peña. Cuando Peña tomó la palabra mencionó que el populismo es casi casi un mal de nuestro tiempo que se presenta «pretendiendo eliminar o destruir lo que se ha construido«, en cambio, Obama resaltó que él mismo es un populista porque «se preocupa por la gente».

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Fuente: cuenta oficial de Facebook, EPN

Mucho ojo con las definiciones, para la Wikipedia en inglés, el populismo es una posición política que sostiene que los ciudadanos virtuosos son maltratados por las élites que pueden ser derrocadas si la gente trabaja en conjunto. En cambio, la Wikipedia en español arranca diciendo que es un término entendido como peyorativo para calificar una postura que ni se identifica con la derecha o la izquierda y que se basa en la demagogia: «se hace habitualmente en contextos políticos y de manera peyorativa, sin que del término se desprenda una evidente identificación ideológica —dentro del espectro izquierda-derecha—, sino más bien con procedimientos políticos —demagogia o «estilo plebeyo»—. También se ha aplicado en contextos religiosos para calificar a la teología de la liberación y a la teología del pueblo».

 

Bueno pues —como bien pidió Obama que se consultara—, populismo es para la RAE, una «tendencia política que pretende atraerse a las clases populares». Nada fuera de lo común, según parece porque, ¿qué si no es lo que busca cualquier político, atraerse el favor del pueblo, de la gran masa que con su preferencia le dará la victoria sobre sus contrincantes?

Entonces, ¿por qué tanto recelo por parte de Peña hacia el término? Porque ser populista significa promover el antielitismo, porque implica un llamado a la movilización social, el liderazgo carismático y todo lo que eso conlleva: un desfavorecimiento de la élite. Peña es él mismo el símbolo de la élite en México así que, obviamente, va a cargar de una esencia negativa el término y lo usará de una forma peyorativa para descalificar cualquier otra postura que afecte su postura de élite. No es de sorprenderse.

Lo que sí resultó muy sorprendente fue el discurso de Obama, quien aprovechando el micrófono, explicó su política y la de su partido, le tiró flores a Bernie Sanders y al mismo tiempo lanzó un ataque frontal a Donald Trump diciendo que él no es populista porque ciertamente él representa a la élite, dando a entender con ello a los norteamericanos que lo ven como una figura «popular», que en definitiva no pueden esperar ningún apoyo verdadero de una persona así.

Obviamente, la opinión pública no está interesada en conocer más acerca del impacto de la alianza estratégica entre México, Canadá y Estados Unidos. Ya no es un tema. Lo que en realidad llama la atención es la desangelada—por no decir «dolorosa»— participación de nuestro mandatario en la Cumbre. A nadie le sorprende siquiera pensar, como dice Peña, que el mundo nos da lecciones de que las alianzas estratégicas favorecen el desarrollo. A estas alturas, es lógico —hasta en la Edad Media hacer alianzas favorecía el desarrollo.

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Fuente: cuenta oficial de Facebook, EPN

Regresando al tema del populismo, al final, todo depende del cristal con que se miren las cosas… ¡Y de la habilidad para aprovechar las oportunidades!